Quienes somos

“un día habrá niñas y mujeres cuyos nombres
significarán más que lo opuesto a lo que es masculino:
significarán algo en sí, que nos haga pensar no en
alguna forma de complemento o límite, sino, apenas
en vida y existencia: el ser humano femenino”,
Rainer Maria Rilke

Somos los Círculos Femeninos Tiendas y Clanes del Sur y hacemos parte de un movimiento que integra mujeres y hombres, llamado “Guardianes del Mañana” (www.guardiaesdoamanha.org.br).

 

Nuestras jornadas iniciáticas, a lo largo de las Tiendas de la Tierra, Tiendas de la Luna y de los diferentes clanes, vienen siendo compartidas por mujeres de diferentes grupos etarios, condiciones sociales y profesiones, durante todos estos años.

 

Lo que nos mueve es el servicio planetario de estar haciendo nuestra parte en este reto de construir relaciones más amorosas, fraternas, cooperativas, respetuosas y verdaderas entre mujeres y hombres y, entre mujeres, hombres, el planeta tierra y el universo.

Origens

1993

Todo comenzó en los idos de 1993. Lúcia D. Torres trabajaba con astrología médica y transpersonal y era instructora de yoga, cuando participó del workshop coordinado por May East, “En búsqueda del rescate de la identidad femenina”, en Porto Alegre/o Sul/Brasil. Profundamente sensibilizada por esta vivencia, contagió con su entusiasmo a amigas y alumnas que hacían parte de sus grupos. Fue el start cósmico.

1994

Durante el año de 1994, fue soñado cada punto del trabajo que ella denominó “Círculo Femenino Tienda de la Luna”, pues las mujeres se encontrarían una vez por mes en las Lunas Nuevas. Así comenzaron nuestros círculos… Cuando fue lanzado, este trabajo era totalmente original, pues su metodología fue creada de modo a dar oportunidad a las mujeres de tener una vivencia de los diferentes papeles y facetas de lo femenino, a partir de correlaciones con la mitología grecorromana y los arquetipos astrológicos. De la vivencia experimentada con May, vino el aporte de introducir las canciones transculturales y la forma de rituales de conexión con los cuatro portales (que después, supo ser un trabajo de Ángeles Arrien, “Las Cuatro Sendas del Chamán”). Pero la estructura, dinámica, metodología y contenido fueron el resultado de los sueños inspirados y de las visiones de Lúcia.

1995

En marzo de 1995, fue realizado el primer encuentro abierto, donde algunas mujeres llevaron a sus hijas y amigas para conocer la propuesta de trabajo. De este encuentro, surgió el embrión del Círculo Tienda de la Tierra. Los encuentros abiertos continuaron a ser mantenidos, pero, cada vez más, surgían pedidos de viabilizar la entrada de más personas en el círculo, lo que era difícil, pues él ya tenía un ritmo y una trayectoria… Por ello, en 30 de junio de 1995, Lúcia dio inicio al Círculo Femenino Tienda de la Tierra – un grupo de iniciación a los trabajos del Círculo Tienda de la Luna. Así, se completó el ciclo inicial: las mujeres que cumplían su jornada en el círculo Tienda de la Tierra y tenían la vivencia del ritual de pasaje final, podrían, si lo quisieran, continuar su jornada en el Círculo Tienda de la Luna que exigía más comprometimiento y afinidad con una propuesta espiritual y de servicio planetario. Las mujeres del círculo Tienda de la Luna, por su vez, crearon un ritual de pasaje y de acogida a las nuevas integrantes egresas del Círculo Tienda de la Tierra, estableciéndose un linaje de madrinas y ahijadas a lo largo de cuatro años. Fue redactada una carta de principios alineadores de los propósitos del grupo, que siempre es leída en dos momentos: en la conmemoración de nuestro aniversario cuando confirmamos nuestra presencia por más un ciclo (o nos despedimos del grupo), y en el encuentro de recepción de las nuevas integrantes.

1999...

Con el crecimiento de los círculos y la necesidad de redimensionar su estructura, en 1999, optamos por no tener más el vínculo “madrina-ahijada”, pero las mujeres con más tiempo de trayectoria continuaron recibiendo a las nuevas integrantes con el mismo ritual que fue creado la primera vez (ritual de acogida). Y durante el año, promovemos algunas actividades que permiten que todas las mujeres, de varias generaciones, puedan encontrarse nuevamente. Debido a la demanda cada vez más intensa de mujeres interesadas en participar de los círculos, fue creado un curso de formación de facilitadoras para acreditar a aquellas que sienten afinidad con el octavo propósito que orienta nuestra ética grupal: “Honrar el servicio planetario de volverse agente multiplicador; liderando grupos femeninos donde los propósitos sean semejantes a estos o, trabajando por la multiplicación de conciencias”.

Durante todos estos años, hemos vivido momentos importantes de descubrimientos, de alegrías, de éxitos, de conquistas, de compartimientos, de comunión… (hemos celebrado cumpleaños, graduaciones, exposiciones de arte, bebés naciendo, matrimonios, reconciliaciones con la persona amada, con hijos, hijas menstruando, mujeres volviendo a menstruar….tejimos rituales, chales, sueños, bolsas de talismanes, ruedas de curación). Y como la Vida pulsa completa e intensamente en nuestras venas, corazones y úteros, al lado de las bendiciones tuvimos los dolores y sus enseñanzas, presentes en todos los momentos difíciles que andan junto a ellas: hermanas que fueron a vivir en otros estados, hermanas que sufrieron pérdidas y rompimientos (de compañeros y de matrimonios, de bebés que estaban siendo gestados, de sus sueños más íntimos), que lidiaron con largos períodos de enfermedades y cirugías (personales y familiares), que se sorprendieron, sufrieron y se preocuparon mucho con las escogencias que los hijos hicieron…

A lo largo de este tiempo, fue tejido verdaderamente un espíritu de clan inspirado por lo sagrado que reverenciamos dentro y fuera de nosotros y, más de que un simple grupo, hoy somos una hermandad, un círculo, pues son nítidos los lazos de amor, amistad y respeto que nos unen y nos protegen. Tenemos la certeza de que todo ocurrió como ocurrió (y viene ocurriendo todavía) porque estamos respondiendo a un imperativo cósmico de cambio individual, social y planetario, porque resuena en nuestro corazón este apelo que viene tanto de la Tierra como del Cielo y porque tuvimos el coraje de “ volvernos nuestras visiones”, o sea, de materializar nuestros sueños de curación por creer, primero y, sobre cualquier cosa, en el Amor como la expresión original y última de la razón de todo y de que todos podamos existir en estos espacios-tiempos que nos han tocado en cuanto humanidad.

Nossa História